Los trabajos para la elaboración de la primera vacuna rusa comenzaron ya en febrero, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró la conferencia en la que anunció que la Humanidad se enfrentaba a un gran problema. Así lo asegura en una entrevista a la publicación digital rusa Meduza Denís Logunov, director adjunto del Centro de Investigación Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaléi de Moscú (NITsEM en sus siglas en ruso).
Logunov ha encabezado el equipo científico involucrado en la creación de la vacuna. Los ensayos clínicos comenzaron el 17 de junio en la Universidad Séchenovski de Moscú y el Hospital Militar de Burdenko con la participación de voluntarios pertenecientes a las Fuerzas Armadas. El primer grupo de cobayas humanos fue dado de alta el pasado día 15 de julio y el segundo cinco días después.
El centro Gamaléi sostiene que el fármaco ha demostrado su capacidad de crear inmunidad sin efectos secundarios perniciosos para la salud.
Logunov explica a Meduza que, cuando tomaron la decisión de ponerse a trabajar en la creación del medicamento inmunizador contra la COVID-19, ya tenían sobre sí la experiencia de haber preparado una vacuna contra el virus causante del síndrome respiratorios de Oriente Medio (MERS), cuya propagación tuvo lugar durante 2012 y 2013. «Cuando apareció el nuevo coronavirus, el hermano más cercano de los virus del grupo beta, no tuvimos ninguna duda de qué hacer y cómo. No tuvimos que sufrir la más mínima tortura creativa, nos limitamos a copiar y pegar en el sentido literal (...) tardamos 14 días en conseguirla», asegura Logunov.
"No hay quien destruya al virus"
El alcalde de Moscú, por su parte, declaró ayer que «el coronavirus por sí mismo no se ha ido a ninguna parte, no hay quien lo destruya, es un virus que estará con nosotros durante mucho tiempo». Por eso, Sobianin reiteró que «la vacuna será lo único que nos permita mantenernos a salvo de la enfermedad».
En este sentido, el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Murashko, especulaba ayer con la posibilidad de que la vacuna pueda administrarse ya en agosto. Según sus palabras, los primeros en beneficiarse del medicamento «serán el personal sanitario y las personas de los grupos de riesgo». El canal de televisión de noticias financieras Bloomberg informó anteriormente que la élite rusa obtuvo ya acceso a la vacuna en abril, algo que las autoridades del país desmienten categóricamente. La última en negar que sean ciertas las informaciones de Bloomberg ha sido la presidenta del Consejo de la Federación (Cámara Alta del Parlamento), Valentina Matvienko.
Mientras tanto, Rusia supera ya los 800.000 contagios desde el comienzo de la pandemia. Desde ayer jueves, se han registrado en Rusia 5.811 nuevos positivos, 37 menos que el día anterior. El total de contagios se eleva así a 800.849. De ellos, se curaron 588.774 pacientes. Se han contabilizado además 154 nuevas muertes, siete más que el día anterior, y el total se sitúa en 13.046 fallecimientos. Sigue habiendo, por tanto, 199.029 casos activos.
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